viernes, 9 de mayo de 2014

Instrucciones para cruzar la vía (#ViernesDePoesía)


Destesto las intersecciones, esas múltiples posibilidades de la muerte en cada esquina, pero no hay otra manera de vivir que no sea cruzando miedos (a veces con tan poca suerte que uno se descubre exitoso ante de los treinta o baldeando el piso con las mismas palabras después de medio siglo), no hay otro modo de sobrevivir que no implique besar ciertas estatuas, atrapar ciertas liebres, soñar ciertas pesadillas; pequeñas y necesarias maneras de combatir la suerte. Pero de qué vida estamos hablando si no metemos la cabeza bajo el agua.

Lo que importa, lo que verdaderamente importa, es patear la piedra, es no dejarla quieta ni un instante, desmenuzarla hasta convertirla en guijarros que podamos almacenar en los bolsillos, guijarros que estratégicamente dejados en ciertos lados del camino nos salven del abismo.

Y mirar a los lados. Y no dejar que el inevitable choque –siempre hay un inevitable choque- nos aplaste.

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