Hay lugares felices, refugios de la biografía personal que
cuando se revisitan hacen recordar a sus poseedores el sabor de la victoria.
Hace unos días presencié este corto diálogo:
- De este lugar guardo un muy grato recuerdo- le dijo el
hombre parsimonioso a la cajera del mercado que está en el cine 23 y 12.
- ¿Sí, por qué?- pregunta divertida e intrigada la cajera.
- Aquí me hice las fotos para mi pasaporte, la
primera vez que tuve la oportunidad de viajar.
Viajar, uno de esos pequeños sueños de los habitantes de las
islas, que a ratos se cumple.
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